Las flotas ganan dinero cuando están en movimiento, no cuando los camiones tienen una avería y quedan al costado de la carretera esperando un servicio. Mantener las llantas infladas a su presión óptima y en buenas condiciones operativas es indispensable para el tiempo de actividad de la flota. Conservar la presión adecuada de las llantas y llevar a cabo inspecciones puede reducir los problemas y eventos relacionados con las llantas.
Las presiones deben tomarse mientras la llanta está fría, sin haber rodado más de 10 km, preferiblemente por la mañana, y calibrarse acorde a la carga por eje con el apoyo del libro de datos de aplicación del fabricante.
Se debe utilizar un manómetro debidamente calibrado para verificar la presión de las llantas actuales. Una llanta con una presión un 20 % inferior a la recomendada por el fabricante se considera desinflada. Se debe retirar e inspeccionar para detectar pinchaduras u otros daños. De hecho, el mayor problema en el sector es el inflado insuficiente, lo que provoca una acumulación de calor interno en las llantas, sobrecarga en la llanta dual, y es la causa número uno de su retirada antes del tiempo previsto para ambas llantas.
Las llantas infladas en exceso aumentan la probabilidad de cortes en la corona, roturas por impacto, pinchaduras y daños por golpes como resultado de la disminución de la flexión de las paredes laterales y un aumento en la firmeza de la superficie de la banda de rodadura. Un cambio en la huella de la zona de contacto podría resultar en una reducción de la tracción y de la vida útil de la banda de rodadura.
En Continental contamos con soluciones digitales para apoyar a las flotas con su monitoreo de presión, en el patio de servicio y remotamente con nuestros sensores de presión conectados a la nube.